@evangelico Desde sus inicios, los programas sociales han sido un intento de remplazar a Dios con el gobierno. El inventor de los programas sociales Otto von Bismarck dijo:

"El verdadero agravio del trabajador es la inseguridad de su existencia; no está seguro de que siempre tendrá trabajo, no está seguro de si siempre estará sano, y prevé que algún día será viejo y no podrá trabajar. Si cae en la pobreza, aunque sólo sea a causa de una enfermedad prolongada, queda completamente indefenso, abandonado a su suerte, y la sociedad no reconoce actualmente ninguna obligación real hacia él más allá de la ayuda habitual a los pobres, incluso si ha estado trabajando todo el tiempo con mucha fidelidad y diligencia. La ayuda habitual a los pobres, sin embargo, deja mucho que desear, especialmente en las grandes ciudades, donde es mucho peor que en el campo."
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